Quiero compartir esta experiencia propia para quienes lo han
pasado, lo estén pasando o lo puedan pasar y tengan la plena seguridad de que
por más difícil que parezca, esto se supera...!!!!!!
Hace 7 meses caminando por la
ciudad en una noche normal, excepto porque en esas semanas me habías sucedido unas serie de eventos de mucha intensidad que lograron mantenerme muy
preocupado y alterado todo ese tiempo; como les decía, era una
noche normal, exceptuando la preocupación constante producto de lo que les
acabo de comentar, cuando de pronto me dieron mareos, mi corazón se aceleró
bruscamente(180/70) y mis manos empezaron a temblar, en mi mente solo estaba
una idea:"me está dando un ataque cardiaco". Casi de inmediato y tratando
de conservar la calma enrumbé a la casa de mis padres y esas cuadras de
distancia me parecieron interminables, repitiéndome a mí mismo que no quería que
fuese de esa manera, no así, no ahora.
Fuimos al hospital y mi corazón no dejaba de latir
intensamente, miraba a mis padres de reojo y solo tenía ganas que todo acabara
y poder hacer las cosas buenas que siempre planeaba hacer pero que dejaba de
lado por vivir una vida de facilismo moral, de juergas interminables, de
amiguitas momentáneas y de “patas del alma” que solo me mostraban el camino más
fácil para no comprometerme con nada ni nadie. Solo necesitaba una oportunidad
y mientras sentía que me moría, pedía en silencio esa chance, esa página
volteada, ese nuevo día donde podría despertar con ganas de hacer feliz a quien
lo mereciera, a través de mi felicidad personal.
El doctor me dio unas pastillas y todo se calmó,
pero los días siguientes fueron una completa pesadilla, sin saber lo que tenía,
cualquier palpitación o ruido me hacía temblar, sentía que me estaba volviendo
loco, que mi vida ya no sería la misma, atrapado entre cuatro paredes que me
daban una falsa sensación de seguridad, porque el simple hecho de salir a la calle ya era una experiencia
terrorífica; pensaba y sentía que me volvería a marear y le tenía miedo a lo
que me podría pasar… le tenía temor al temor.
Luego de chequeos médicos, encontré que tenía el colesterol
muy elevado, un sobrepeso que me negaba antes a aceptar y bronquitis crónica moderada.
Toda una linda colección de enfermedades producto de mi descuido personal y que
me hacía a mis 30 años una persona de apariencia mucho mayor y actitudes de
alguien menor.
Empecé mis tratamientos y me iba sintiendo físicamente mejor
pero el miedo persistía, era casi incontrolable y fue que con muchas dudas
decidí recibir terapia psicológica y entre otras cosas descubrí que no estaba
loco, que lo que tenía era una reacción emocional natural a estar muy expuesto
al estrés, a las preocupaciones, a una vida desordenada y a hacer cosas que no
me hacían feliz, que solo satisfacía al común denominador de mis amigos.. en
pocas palabras, debía cambíar de mentalidad, dejar de
tomar tanto café y trago corto, dejar de fumar, hacer dieta, dedicarme a lo que
me hace feliz (entre otras cosas leer y escribir) y finalmente dejar
de hacerme el pendejo, solo porque estaba rodeado de pendejos insensibles a
quienes creí era correcto imitar por la necesidad equivocada de pertenencia y aceptación vanal.
Y así fueron avanzando los días, empecé a adorar los domingos
en familia, jugando a resolver crucigramas con mis padres; pensar queantes los criticaba de
ociosos o me enojaba si me hacían alguna pregunta de cultura general. Aprendí a
valorar aún más mi espacio personal y sobre todo a las mujeres en general, ya no quería
algo pasajero, ni de momento, es cierto, hubiera sido mejor tomar conciencia
por las buenas, pero así se dieron las cosas; también dejé de lado ciertas
amistades, alejándome de ellas al llegar a la conclusión de que amistad es
respetar la forma de ser de cada persona sin intentar cambiarla o que te
cambien en esencia.
No todo es tragedia, tienes que ver el lado gracioso al
asunto (recomiendo ver "Analízame" con Robert de Niro y "descubriendo a Forrester" con Sean Connery) y a cada situación incómoda
en la vida, por ejemplo, el bulling familiar que me hacían el día que me tocaba
votar y me tuvieron que acompañar o cuando tenía alguna cita, era ahora yo el que insistía que cada quien lleve una amistad (por "seguridad"). Mi familia se encargó de ayudarme mucho poniéndole
la cuota de gracia a cada cosa aparentemente frustrante y depresiva en potencia;
también recuerdo la tarde que fui con Andreíta a tomar un café, jaja si estás
leyendo esto, perdóname el mal rato, ahora me da risa la situación, pero el
hecho que me dé un ataque de pánico cuando acabábamos de pedir la orden fue de
película, te quiero mucho amiga, gracias por todo.
Para tranquilidad de las personas que me leen y están pasando
por este cuadro de ansiedad, deben saber que es solo una etapa y dura lo que
nosotros decidimos que debe durar, en mi caso luego de algunos meses casi no hay molestias y de seguro que pronto estaré completamente en la normalidad, entendiendo que la
normalidad debe solo depender del juicio de cada uno de nosotros,
independientemente de lo que la gente sin importancia en nuestras vidas pueda
pensar; en mi caso pensaba que volver a la normalidad era seguir haciendo
pendejadas, salir a tomar como descocido dos veces a la semana y meter a la
cama cuantas mujeres se podía… que tal
equivocación de estilo de vida, si me preguntan, la normalidad ahora para mí es
lo opuesto y vaya que vivo bien, tranquilo, siendo autentico, siendo yo mismo,
siendo feliz.
Hay una cura y se llama Dios, no te digo que vayas a misa o
te vuelvas un acérrimo seguidor, solo les aconsejo que busquen en su interior
la fortaleza y Dios ayuda mucho en ese sentido, también ordenen sus vidas,
sepan quienes valen la pena y quienes sobran en sus vidas; no todo es fiesta,
no todo es juerga; vives el día a día haciendo lo que te apasiona y
sobre todo ama, ten un amor especial, una ilusión verdadera, para que cuando
llegue el momento puedas formar una familia y la vida tenga su mejor
conclusión, vivirla bien.
Mirando esta nueva etapa en perspectiva, se podría
decir que me llené de ansiedad por las puras, pero, para mí nunca fue una
maldición o karma, mucho menos una enfermedad, para mí sufrir de ataques de pánico
fue una oportunidad para ser mejor persona, retomar mis metas iniciales y acercarme
al camino correcto de la vida.
Lo que ahora soy y lo que deseo seguir siendo, depende unicamente de como yo decido vivir, sentir, pensar, crear y sobre todo andar, porque si la vida es ese camino largo, vivamosla como lo que es, una carrera a largo plazo, cuya meta es la muerta, quedandonos como mejor medida disfrutar del camino, de cada sensación, cada instante efímero y sencillo. De eso se que se trata todo esto; pues ahora que una nueva y desconocida paz inunda mis noches y una energia renovada me hace llevar bien el día a día, puedo decir desde el fondo de mi alma... bendita ansiedad la mía!!!
Lo que ahora soy y lo que deseo seguir siendo, depende unicamente de como yo decido vivir, sentir, pensar, crear y sobre todo andar, porque si la vida es ese camino largo, vivamosla como lo que es, una carrera a largo plazo, cuya meta es la muerta, quedandonos como mejor medida disfrutar del camino, de cada sensación, cada instante efímero y sencillo. De eso se que se trata todo esto; pues ahora que una nueva y desconocida paz inunda mis noches y una energia renovada me hace llevar bien el día a día, puedo decir desde el fondo de mi alma... bendita ansiedad la mía!!!
El mejor de tus escritos...
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